Por estos días, el talentoso chef Daniel Godoy está instalado en el Alvear Palace Hotel haciendo el trabajo de preapertura para el nuevo Alvear Art Hotel. A comienzos de 2012, cuando el lujoso hotel abra sus puertas, Godoy se desempeñará como Executive chef, adelanta orgulloso.

Y confiesa que la invitación a ser parte del staff del hotel es un nuevo desafío para él y una propuesta diferente a su último puesto, cuando trabajaba a bordo del MS Rótterdam. En esa época, recuerda, su vida transcurría en el crucero.

En uno de sus largos viajes, mientras el joven chef navegaba por el mar de Bering rumbo a Alaska, nos contó su experiencia -vía correo electrónico-, sobre cómo es vivir y trabajar en altamar, recorriendo puertos, mares y ciudades del mundo, en la compañía Holland America Line, una de las más prestigiosas a nivel internacional.

Hasta ese momento, su trayectoria como chef estaba acotada a restaurantes y hoteles. Trabajó nada menos que en Park Hyatt Buenos Aires, Four Seasons, Alvear Palace Hotel, Grand Hotel Huis Ter Duin y Faena Hotel & Universe; dictó clases en institutos de cocina y hasta había realizado asesorías gastronómicas.

Sin embargo, su búsqueda por nuevas experiencias no se detuvo allí. “Pensaba en explorar otros campos de la cocina, y fue en ese momento donde aplique a la compañía Holland America Line”, cuenta sobre esa etapa de su carrera.
¿Cómo fue el proceso de selección?
-Luego de una selección por Decaux Cruise Jobs en Buenos Aires, se programó una entrevista a bordo del barco MS Rótterdam, el mismo barco en el cual me encuentro en este momento trabajando. El crucero estaba en el puerto de Buenos Aires.
Después, he tenido una entrevista telefónica con un gerente que se encontraba en la oficina corporativa en Seattle y, al cabo de unos días, recibí la propuesta de sumarme como miembro de la compañía.
-¿Te adaptaste enseguida?
-Todos los comienzos son desafiantes. Afortunadamente, mi pasión por la cocina lo hizo más fácil. Los primeros días sufrí un poco de molestia por el movimiento del barco, sobre todo en altamar que el barco suele moverse un poco más. Por suerte, rápidamente fue superado. A veces solía perderme cuando quería ir a algún área. Uno no tiene dimensión real de un crucero… ¡hasta que te das cuenta que tiene muchos pasillos y puertas!
-¿Cómo es la vida a bordo?
-¡Es como en tu casa! Tengo mi habitación, la cual utilizo para dormir y relajar en mis breaks, y hago lo mismo que cuando estoy en tierra: practico deportes, comparto algunas noches con colegas en el bar, escucho música….Realmente es una ciudad flotante, como muchos la llaman, y verdaderamente es así.

En la cocina
Durante la travesía que realiza el crucero, Daniel Godoy trabaja un promedio de diez horas diarias, todos los días. Y cuenta que regularmente le hacen contratos de trabajo por cinco o seis meses.
-¿Cuál es tu tarea puntual en la cocina?
-Soy Pastry Chef, responsable de la pastelería para diferentes áreas del barco: todos los outlets, el dining-room, bares, restaurantes gourmet, room service y el sector llamado Special Events del crucero.
-¿Sos el único chef argentino?
-Justamente en el último contrato era el único, hasta que llegó hace pocos días Omar, que es Sous Chef de Main Kitchen. En contratos anteriores he sido el único. Los chefs son de diversas nacionalidades: austriacos, alemanes, filipinos, holandeses, hindúes.
Es muy enriquecedora la experiencia de ver como chefs de otros países preparan sus clásicos platos, de mucha tradición, y el intercambio de experiencias entre todos los cocineros.
A bordo, las vivencias entre el chef y el comensal son distintas a las que se pueden tener en “tierra” y esas experiencias –explica Godoy-, marcan la diferencia: “Me gusta porque uno puede disfrutar al ver cómo huéspedes de todo el mundo se deleitan con los clásicos dulces argentinos. Sabes, es muy alentador cuando te detienen en algún área y te dicen: ‘Me gustó mucho lo que preparaste hoy, ¿puedo tener la receta?’. Es muy interesante también convivir con culturas diferentes, aprender de ellas”, dice con un dejo de emoción en sus palabras.
Cuenta que al llegar a algún puerto, siempre está abierto a conocer y a disfrutar de los diferentes lugares: “A veces realizo excursiones y otras simplemente voy a recorrer para conocer mercados, restaurantes, pastelerías y boutiques”, dice.
A lo largo de su trayectoria en la compañía, Godoy pudo visitar Norte América, Alaska, el Caribe, África, Medio Oriente, Europa y un territorio que nunca imaginó que iba a conocer: Las islas Malvinas.

Los aromas de la infancia
-¿Cómo nace tu amor por la cocina?
-Recuerdo que desde niño ya disfrutaba de comer, apreciar sabores y las diferentes preparaciones hechas por mis padres y mis abuelas.
En mi casa siempre colaboraba con la puesta de la mesa para los almuerzos y las cenas. Cuando las mujeres de mi familia cocinaban, me acuerdo que de a poco me acercaba a la cocina para untar el pan en las salsas o para disfrutar los sobrantes de rellenos, los carozos de aceitunas. También me ofrecía para rallar el queso para adueñarme del final.
¿Otros recuerdos? Los fines de semana, yo preparaba la picada y el chimichurri mientras mi padre comenzaba el fuego para el asado. Obviamente como buen niño, en ese tiempo siempre andaba raspando los bols para disfrutar las preparaciones de masas dulces y cremas que hacía mi madre o mi abuela.
-¿Por qué decidiste estudiar la carrera de profesional gastronómico?
-A mí desde siempre me han interesado la cocina y los deportes. Y me daba cuenta que pasaban los años y ya me animaba a cocinar diferentes platos.
En esa época había terminado mi formación secundaria como perito mercantil en el Colegio Agustiniano y aún no sabía qué carrera escoger para mi futuro.
Finalmente, me decidí por la gastronomía y comencé a investigar las diferentes propuestas de institutos gastronómicos en Buenos Aires.

Recuerda que al llegar al IAG, quedó deslumbrado: “Participé de una charla informativa que nos dio Ariel Rodríguez Palacios y pude observar que contaban con muy buenas instalaciones, aulas cocina y confiaba al ver que era una institución muy sólida”, dice Godoy.
Durante esos dos años, el joven chef intentó no perderse ni una sola clase y disfrutar de cada taller, cada seminario. “Recuerdo como si fuera hoy mi primer día de clases en la materia Cocina I, que la dictaban los docentes Darío Gualtieri y Ezequiel Navas. Darío dijo: ‘Si quieren hacer esta profesión de su vida, vayan olvidándose de Navidad, Año Nuevo y prepárense para trabajar largas horas y bajo cualquier condición’. Y esas palabras quedaron grabadas en mí. Realmente lo estoy viviendo día a día y es tal cual. Para mí es una experiencia que no tiene precio, hacer lo que te gusta como trabajo es una bendición”, cuenta desde cientos de kilómetros de distancia.

Y asegura que su paso por el IAG lo marcó a fuego: “¡Aprendí muchas cosas en las diferentes materias teórico-prácticas! Las clases y las materias siempre estuvieron muy organizadas. Fue esencial la enseñanza y el aprendizaje de técnicas clásicas y precisas ya que son más que fundamentales para poder trabajar en cualquier cocina del mundo. Para mí las técnicas básicas son el lenguaje universal de todo cocinero profesional”, define sin vueltas.

En las últimas líneas, y tal vez como una reflexión en voz alta, le escribe a un alumno imaginario del IAG, y revela además, su experiencia y su amor por la profesión:
“Si de verdad amas cocinar, disfruta cada clase, cada hora de pasantía, disfruta de pelar bolsas de cebollas, de hacer cajones de tomate concassé, de hacer miles de tarteletas y de todo lo que la cocina demanda Respeta a tus chefs, comparte recetas, se buen compañero, se puntual en tu trabajo. Disfruta de los éxitos y aprende de los malos momentos, no te avergüences si no sabes algo, pregunta, investiga para saberlo.
Se agradecido, siempre recuerda tus comienzos y a las personas que te formaron, ayudaron y orientaron. Si en verdad elegiste ser cocinero es porque vos querés, nadie te obliga, es una profesión que da placer y prestigio, te enriquece en cultura y como ser humano. En mi caso puntual, voy a ser cocinero hasta el final, nada va a cambiar mi amor y pasión por la cocina”.

Ana Da Costa
 

Godoy básico
Nació en Buenos Aires, Argentina. Tiene 31 años, habla inglés y está estudiando francés. Es egresado de la carrera de profesional gastronómico del IAG. Trabajó en Osaka Buenos Aires, Park Hyatt Buenos Aires, Four Seasons, Alvear Palace Hotel, Grand Hotel Huis Ter Duin y Faena Hotel & Universe, entre otros hoteles y restaurantes argentinos. En los últimos años, se desempeñó como pastry chef a bordo del MS Rótterdam, en la compañía de cruceros Holland America Line. Actualmente, se encuentra trabajando como Executive Chef en la preapertura del Alvear Art Hotel.

Godoy x Godoy
“¡En el IAG aprendí muchas cosas en las diferentes materias teórico-prácticas! Las clases y las materias siempre estuvieron muy organizadas. Fue esencial la enseñanza y el aprendizaje de técnicas clásicas y precisas ya que son más que fundamentales para poder trabajar en cualquier cocina del mundo. Para mí las técnicas básicas son el lenguaje universal de todo cocinero profesional”.