Toda la vida me gustó la pastelería y me dediqué a ella. Pero, surgió la enfermedad de la celiaquía en una de mis hijas cuando tenía 23 años,  y hace muchos años no se sabía nada… o se sabía muy poco. Así que empecé a experimentar y a llorar en mi cocina, porque tiré muchísimas cosas y me apuraba a hacerlo antes de que ella llegara para que no viera el fracaso,  porque era difícil, no se sabía nada. Entonces decidí estudiar en el IAG. Yo pensé: si aprendo técnicas voy a poder crear ¡Y así fue!

¿Qué tomaste de tu formación académica para realizar esta transformación en las recetas de una cocina sin gluten? 
La técnica,  es lo más importante y aprendí muchísimo. En el IAG aprendes a ser un profesional, aprendés las técnicas. Yo tuve profesores excepcionales Osvaldo Gross, Pablo Ferrari ¡que lo adoro! Lister, Aguirre, Nader,  y tantos otros.  Yo era grande, y cuando nadie te manda lo hacés con el corazón, estudiaba para el diez. Tuve muchos profesores divinos y no me gustaría olvidarme de ninguno…Me dejaron su huella, me dieron muchísimo. Por eso, no es lo mismo lanzarte a hacer cambios sin tener una base. A mí me dieron la base, muchísima técnica y conducta  – El termino es pulcritud  aprendí a trabajar así. Mis hijas  me dicen: Ahí viene la loca. Porque yo cocino e inmediatamente lavo todo; y si tengo que hacer otra cosa, vuelvo a empezar con el mismo orden 
A raíz de ese conocimiento, pude empezar a crear y a resolver cosas. Por ejemplo:sin gluten no podes estirar una masa porque es lo que le da elasticidad; así que empecé a probar haciendo un gel de mandioca, y a hacer cosas que me pudieran ayudar. Y cuando empezás a tener éxito es fantástico.Yo quería lograr aquellas cosas que mi hija no podía comer nunca más.Y reemplazarlas, como una pizza…esto era lo importante para mí. Y la  verdad, es que podés comerlo todo perfectamente, no te das cuenta de que no tiene gluten. Después empecé a pensar que era una necesidad general;  era muy poco lo que había, muy caro y no de muy buena calidad. Entonces dije ¿por qué no?… 

Y allí comienza una nueva etapa…
Por amor a mi hija empecé con  los demás, empecé a crear y a adaptar recetas mías,  de mi madre y de toda la vida. Esto es prueba y error…vos te maravillas cuando te sale bien, cuando ves los resultados. Y así decidí algo más, porque no ayudar a esta gente que está tan complicada con esto. Y así saqué mi primer libro “Pastelería casera, sin gluten” que tuvo mucho éxito porque no había nada, casi nada…recién ahora hay un poquito más.
Luego armé mi página,  todo lo que sucede allí es la mejor paga y los seguidores  agradecen con tanto afecto. Yo a diario contesto todas las consultas de la gente, y voy haciendo los pedidos. Por eso, aparece este segundo libro dedicado a los niños “Cocina sin gluten para niños”. Es cocina y pastelería para las jóvenes mamas,  que no tienen la posibilidad de hacer un caldo porque no pueden usar un cubito quecontiene gluten. Allí les enseño desde un caldo de pollo hasta una torta de cumpleaños; un poco de todo, para los chicos que tienen que llevar su comida al colegio o festejar los cumpleaños. Se puede comer sano, rico y divertido. Y hacer que las cosas sean agradables.

¿Cuál es tu receta estrella?
Amo las galletitas “Nahuelitas” porque soy de Bariloche,  mi casa está  frente al lago y uno de mis nietos también se llama Nahuel. Cuando puedo me divierto con ellos decorando…nos juntamos, hacemos galletitas de Navidad y decoramos un montón. Desde los que tienen 4 años hasta los de 8,  todos decoran…ellos hacen su gran creación ¡con montañas de glacé!

Dolly Walsh 
Profesional Gastronómico  2001
Pastelero Profesional 2002