-¿Cuándo comenzó tu gusto por la cocina?
Cuando era muy chiquita, si mi madre salía, al volver me encontraba en la cocina. Yo me refugiaba siempre en la cocina y allí, era feliz. Por eso, aunque estudiaba otra carrera, decidí buscar escuelas de cocina. Me sorprendí tanto cuando llegué al IAG, la persona que me iba a informar desplegó todos los folletos sobre le escritorio y me empezó a explicar cada carrera, con los horarios y toda sus características. ¡Me encantó! Y Yo pensé: Esto es en serio…y también porque Osvaldo Gross estaba aquí. Luego me resultó muy fácil cursar, me gustaba tanto que no encontraba dificultad en estar horas dedicada a esto. Pero yo, necesitaba empezar, estar en la cocina.
– ¿Cómo fue tu primera experiencia en una cocina profesional?
Fue a través de una pasantía. Me había inscripto en el Dpto. de Pasantías y fui seleccionada para hacer mis prácticas por el Novo Hotel. Era una sensación lindísima saber que podía ¡Ya estoy en la escuela y ya puedo estar en una cocina! Yo me creía Ariel Rodriguez Palacios porque podía hacer huevos escalfados, hasta que al encontrarme en la cocina sentí en un momento, que… ¡yo era el huevo escalfado! Cuando llegué a la cocina del Novo Hotel me di cuenta que no era tan fácil. Aprender a manejar los tiempos, a correr para armar los platos en un evento y sobre todo aprender a organizarme. Empecé a darme cuenta que apenas sabía…pero, ¡que me encantaba! Y quería quedarme fuera de horario. Tenían que echarme porque estaba reglamentado mi tiempo de permanencia como pasante y luego venía al IAG a cursar. Pero yo quería estar en el almuerzo, en el servicio…
¿Y tu experiencia en el País Vasco?
Nuevamente comencé a buscar algo que me exigiera un mayor desafío, una experiencia que fuera en si misma más importante. Empecé a pensar en viajar al exterior y miraba todas las convocatorias. Yo finalizaba la cursada en Diciembre y quería ir a todas partes, pero elegí el País Vasco, sin saber donde quedaba. Elegí el que más me atraía y preguntándole a mi hermana me decidí por Bilbao; y en Bilbao, el Domine de la cadena de Hoteles Silken. Lo único que quería era estar allí. Si bien me costó juntar el dinero para poder viajar, hablar con mis padres fue toda una experiencia…pero con ellos todo se volvió fácil, conseguí el pasaje y ellos me ayudaron a completar lo que necesitaba, solicitando un préstamo cada uno para poder ayudarme.
Mi experiencia se inicia el 7 de Septiembre de 2012 cuando llego al País Vasco. Para dar comienzo a mis prácticas me registré en el Indautxu de Bilbao, donde nos hospedábamos los pasantes y muy cerca del Gran Hotel Domine de Bilbao, el primer cinco estrellas . Allí comenzó la verdadera aventura, que duró tres meses.
Conocí gente “super” bonita, “super “amable. Corría de un lado al otro. Pero lo más desafiante y que me despertó fueron los eventos. Cuando de 150 invitados tenía que pasar a recibir 230 de la nada, y a veces trabajas para un evento gigante y llegan 20. Lo gracioso era que yo, con semejante frustración, era la única que seguía contenta. Lo había logrado ¡y estaba feliz! Solo pensaba en seguir adelante. Yo volví 11 de diciembre y en estos días hablé con mis compañeros del Domine (porque extraño tanto), y ellos me decían: “Ay niña, ya no se te escucha cantando…espero que vuelvas pronto”. Y yo les dije: No cuánto voy a tardar, pero voy a volver y nos iremos de pinchos y de cañas.
Ahora en Buenos Aires estoy de entrevista en entrevista, me postulé a todos los avisos de la Bolsa de Trabajo. Quiero seguir con el ritmo que tenía. ¡No quiero vacaciones! Quiero cocinar.
Elizabeth Stempel
Profesional Gastronómico – Egresada 2011